Casa Engawa

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FORarq

C A S A   E N G A W A

Málaga

Revitalización de una vivienda «Xennial» y expansión de sus espacios intersticiales, a través de una intervención efímera; Paisaje artificial, ser humano y un refugio flexible.

 

En la década de los años 70, Málaga está expandiéndose hacia el oeste a través de una operación urbana de prolongación y ensanche de su vía principal, La Alameda. En este contexto, Luis Bono de la Herrán y Luis Machuca Santa-Cruz proyectan dos torres de estilo funcionalista con trece plantas de altura apoyadas sobre un zócalo horizontal. Nos encontramos con una de las viviendas de la torre este en la planta octava, sus 154,69 m2 permanecían incólumes. El tiempo no la había dañado, pero en aras de poner en valor el inmueble adaptándolo a los nuevos modos de vida y potenciar sus posibilidades, el contexto y la relación interior/exterior, así como la entrada de luz; Se plantea un proyecto que, desde el plano de la admiración y respeto por el valor de lo ya construido, va más allá.

 

La vivienda se proyectó respondiendo a una organización central, donde las zonas comunes diurnas se ubican en el centro y las nocturnas en torno a esta. Una terraza concebida como jardín colgante relaciona la zona social de la misma con el exterior urbano, volando sobre la ciudad.

 

Pues bien, siguiendo con este esquema, pero con la intención de amplificar los espacios comunes para generar recorridos fluidos, accesibles y libre de barreras arquitectónicas, se derriban los tabiques que flanquean los intersticios y se sustituyen por un mueble/galería de madera en “L” y una gran cortina. Estos serán los nuevos elementos de separación entre zonas y a través de los que accedemos a las diversas estancias. El mueble a su vez esconde y camufla las instalaciones y ofrece zonas de almacenamiento, lo que refuerza un diseño interior limpio y sencillo. Por otro lado, la intimidad e independencia del espacio central con el resto de la vivienda se consigue a través del elemento cortina el cual genera un deambulatorio perimetral que flexibiliza y permite jugar con la versatilidad y privacidad de los espacios.

 

Esta zona intersticial delimitada por la cortina se entiende como un espacio de interrelación entre el área íntima y privada (interior/noche) con la pública y común de la vivienda (exterior/día), el espacio Engawa. Ya que la zona central se concibe como un punto donde confluyen varios gestos que hacen referencia al mundo exterior, luz, vegetación, aire, agua y el paisaje artificial que queda plasmado en un mural cerámico. Dibujos de vegetación, costumbres, tradiciones, el mar y otras arquitecturas nos abren una ventana a la ciudad, a Málaga.

 

Y es que Andalucía es una comunidad rica en tradición ceramista, que por desgracia tienda a desaparecer. Pero en este proyecto se recupera mediante la aplicación de baldosas cerámicas que envuelven todos los paramentos de los volúmenes que albergan los cuartos húmedos. Es decir, los baños y la nueva terraza exterior. La aplicación de piezas cerámicas en los techos de los baños y en el mural plantean una problemática pues para que puedan ser registrables y poder albergar en su interior las máquinas de climatización y demás instalaciones, se ha tenido que diseñar una subestructura de perfiles de acero galvanizado para apoyar varios paños formados por doble placa de pladur anti-humedad que a su vez se revisten con las baldosas.

 

El resultado son unos espacios entendidos como patios de color blanco donde se inserta una pila a modo de lavabo. Blanco, luz y pila de lavar; recuerdo pintoresco andaluz que se fusiona con la estética de la arquitectura tradicional portuguesa, claramente reflejada en el mural del paisaje central. Pues partiendo del concepto de patio, en esta casa la nostalgia y la tradición se abren hueco para generar el diseño de las estancias mencionadas, entendidas como ese popularmente lugar blanco donde ocurrían muchas cosas, la abuela lavaba en una pila, los niños jugaban con una manguera, el verde de las plantas captaba la mirada de las vecinas y curiosos y el frescor de las flores y el galán de noche o la chumbera se colaba por nuestras fosas nasales. Y, eso es, el recuerdo se manifiesta en estos espacios a través de objetos que nos evocan al pasado, la ducha en la terraza, las macetas y tiestos cerámicos y las pilas de lavar.

 

Unos espacios diseñados desde la máxima sensibilidad y nostalgia por quién ha sido la “diseñadora” póstuma, la abuela.

 

Al tratarse de un proyecto tan personal, ha sido sencillo a la vez que complejo encontrar la inspiración ya que se trata de un trabajo de raíces, de cultura, de personalidad, la búsqueda en el yo, la definición del quién, la incertidumbre del como y el cuando. La lucha con el ego, pero a la vez la apertura a la experimentación. Las vivencias, los viajes, el aprendizaje, el bagaje de lo vivido, la confrontación entre pensamientos, la libertad del ser, los sentidos, la emoción, la ilusión. Y muy importante, el cimiento, la infancia. Un lugar claramente abierto a manifestarse como el espacio de encuentro con la memoria.

 

La aridez de los campos del interior de Málaga y la luz del mediterráneo impregnan los paramentos interiores potenciando su calidez y ensalzando la condición de adaptación al contexto de inserción. El azul cobalto de la cerámica nos recuerda la proximidad al mar. El uso del color, materiales, empleo de diferentes texturas e incluso los elementos decorativos se justifican desde una forma de hacer arquitectura donde nos encontramos con los sentidos. El espacio tiene que emocionar, debe transmitir y trasladarnos a un lugar donde podamos experimentar sensaciones que nos conecten con nuestro mundo interior. Un lugar donde ejercitar la mente y agudizar los sentidos para no dejarnos guiar por la aparente sencillez. Sensibilidad a flor de piel. Arquitectura emocional.

 

Un proyecto de espacios multiformes que se adapta a nuevos modos de vida en función a las diferentes etapas, gracias a la inserción de elementos efímeros que posibilitan la flexibilización de espacios, favorecen la movilidad y suprimen las barreras arquitectónicas interiores de la vivienda. Esto sumado a otras estrategias como el empleo y uso de materiales naturales y respetuosos con el medio ambiente como la madera o la cerámica, en ambos casos desmontables y se pueden reciclar y la inserción de nuevas ventanas con mejores prestaciones térmicas y acústicas, hacen del proyecto una construcción y diseño consecuente con criterios de eficiencia energética y sostenibilidad.

 

Un lugar de atmósfera difusa, apacible y segura donde la sedosa calidez de una tenue vainilla acaricia nuestros sentidos. El soleado ambiente de un amanecer en la playa, la caricia de los rayos del sol en nuestra piel.  Una imagen fundida ofrendada por el juego de texturas engamadas que nos envuelven y acogen en un magnificado abrazo para hacernos sentir seguros.

 

¿Hacia Málaga? El elogio a la cultura, el paisaje y la tradición; Añorada madre de la Costa del Sol.