Torre del Mar, diciembre de 2020.
En el ensanche del cauce del Río Vélez (Vélez-Málaga) encontramos unas fértiles tierras objeto de la explotación agrícola que tan buenos frutos genera para la comarca de la Axarquía. Toda la zona se caracterizaba por la dispersión de pequeñas construcciones de viviendas. ¿Sus usuarios? las familias de labradores que las cultivaban.
En este contexto y rodeada de surcos y plantaciones, encontramos una modesta y pequeñita vivienda de planta cuadrada. Sus muros se levantaron con arena, ladrillo cerámico y bloques de piedra procedentes de la famosa e histórica cantera de Almayate. De ella no sólo salieron la mayoría de los bloques que elevaban las casitas y cortijos de la zona, sino que una gran cantidad de sus piezas de piedra fueron destinadas a la construcción de la Obra de la Catedral de Málaga en el Setecientos. Estos bloques de piedra son popularmente conocidos en la zona como bloques de Cantilla.
Desde FORarquitectura apostaremos por una intervención en la vivienda basada en el respeto a lo heredado. Mantendremos intacta su articulación interior, recorridos, distribución y método constructivo. Tanto es así que aplicando el ingenio y la creatividad hemos proyectado una subestructura auxiliar de emergencia en caso de colapso de las vigas de madera que sostienen la cubierta. Pues, dado el paso de los años, los huesos de la vivienda están afectados por la carcoma. Nos hemos adelantado al futuro problema para conservar la vivienda en caso de muerte de la estructura existente. Respetamos la arquitectura tradicional y la conservamos.
Podemos decir que las intervenciones propias de la arquitectura moderna que contendrá el proyecto, son el mencionado esqueleto metálico y dos grandes huecos de ventanas que trazan un eje norte-sur en la casa. Además, al atravesar los muros de la misma, favorecemos la entrada de luz natural. Estos dos grandes cajones metálicos servirán, además, de estructura de consolidación de sendos muros.
Por último los espacios interiores se inundan de barro, cerámica y cal. Materiales que nos trasladan a un mundo de tradición y artesanía, muy presente en la Axarquía, pero que desgraciadamente poco a poco tiende a desaparecer. Desde FORarquitectura apostamos por una intervención atemporal donde se respire un aire popular que nos traslade a la estética y modo de vida propios de la época en la que emergió la casita.
Los espesos y altos muros interiores se revisten de plaquetas de gres cerámico hasta la altura de los dinteles de puertas, manteniendo al usuario sumergido en un material tradicional propio del oficio artesano. Las baldosas de barro del suelo se respetan en su totalidad. Para no restarles importancia el tapiz cerámico de las paredes y muros, se acercan a ellas con timidez pero sin tocarlas.
Cuando alcemos la vista hacia los techos nuestros ojos observarán unos aseados muros revestidos con mortero de cal hidráulica ecológica (Morcem Cal ECO de Grupo Puma), que contrastan con el color cerámico de las plaquetas que revisten la parte baja de los paramentos verticales.
A día de hoy el proyecto aún se encuentra en construcción, se estima que aún quedan unos dos meses para su finalización. FORarquitectura pretende con este proyecto apostar por una conservación y recuperación del patrimonio rural y agrícola. Además de poner en valor el mundo que marcó las directrices de una comarca que a día de hoy sigue viviendo, aunque con la implantación de nuevos cultivos tropicales, de la fertilidad de sus tierras.
Sostenibilidad, eficiencia energética, ecología, reciclaje y respeto por el medio ambiente y la historia, son las piezas de engranaje de la cadena que pone en marcha al proyecto.
Más imágenes del avance de las obras y el proyecto en el perfil de instagram y facebook de FORarq.
Simple y valiosamente auténtico.